Mientras persiste su estado crítico, el país se moviliza en apoyo a Miguel Uribe Turbay, víctima de un atentado el pasado 7 de junio.
Desde su ingreso a cuidados intensivos en la Fundación Santa Fe, la recuperación del senador Miguel Uribe Turbay se ha convertido en un símbolo nacional de fe, esperanza y resistencia. Tras el atentado del 7 de junio en Bogotá, el líder político lucha por su vida, y la Iglesia católica ha intervenido para hablar sobre la dimensión espiritual de esta batalla.
El cardenal Luis José Rueda expresó en una intervención pública que el verdadero “milagro” requiere de tres factores: el amor de Dios, el saber médico y la fuerza del pueblo orante. “Un milagro es un acto de amor de Dios, pero se realiza a través de la ciencia médica. Sin ella, no hay milagro”, indicó el líder eclesiástico.
Agregó que el acompañamiento colectivo también es esencial. “En los Hechos de los Apóstoles, la comunidad rodea con oración a quien está en dificultad. Eso es lo que vivimos ahora”, reflexionó el cardenal.
Mientras tanto, la Fundación Santa Fe continúa emitiendo partes médicos desalentadores. El más reciente, del 17 de junio, reafirmó que Miguel Uribe permanece en estado extremadamente crítico con pronóstico reservado.
La ciudadanía respondió de forma masiva el domingo 15 de junio con la “Marcha del Silencio”, realizada en múltiples ciudades del país. En la Plaza de Bolívar, banderas, globos y mensajes de aliento inundaron el corazón de Bogotá al grito de “Fuerza, Miguel”.
Este momento ha unido a creyentes y no creyentes en una misma causa. Desde el clamor en las calles hasta los mensajes íntimos de familiares, la recuperación de Miguel Uribe Turbay es hoy un símbolo de unidad nacional.






